21 AL 23 DE OCTUBRE DE 2016
IX JORNADAS DE LA NEL
Actividades en sedes y delegaciones

Un amor violento
por Macarena Quiñones Cerda

Bajo la perspectiva del tema de violencias, decido dirigirme a un libro de Marguerite Duras, "El hombre sentado en el pasillo", siguiendo a Lacan y a Freud, en cuanto al camino que escritores y poetas dejan abierto para el psicoanálisis, entendiendo que no hay una respuesta universal al tema y que el caso a caso es lo que nos entrega el psicoanálisis.

En este libro de Duras no hay historia, nos encontramos ante el presente descrito de encuentros sexuales de una pareja, donde el erotismo y la violencia, contrastan con el entorno calmo. Él le dice a Ella amarla, Ella dice saberlo y también dice amarlo. El resto del libro está compuesto por el desagarro de encuentros gozosos donde Ella se ofrece a la mirada y a los golpes de Él que culminan en el deseo de dejar de amarla en Él, y el enunciado de que un día la matará. Por otra parte, Ella pide ser golpeada con fuerza, dice que quisiera morir, el hombre insulta y golpea, señala la narradora: "veo que el cuerpo asimismo se deja golpear, que está entregado, ajeno a todo dolor".

El texto de Duras nos revela de forma desgarradora como opera el circuito pulsional, con la singularidad en este caso, de estar guiado por la pulsión de muerte. El circuito da cuenta de un "hacerse", pudiéramos decir hacerse: hacer, mirar, golpear, humillar. La mirada cinematográfica de Duras, da cuenta de que la protagonista no se reduce a una víctima pasiva que es golpeada, nos revela lo activo de su lugar respecto de lo que le acontece. Por otro lado, Él, queda constituido en un partenaire perfecto para satisfacer este goce. Ahí encontramos el lazo de intersección entre el campo pulsional y el Otro, que comienza en el cuerpo propio para terminar el circuito nuevamente en él. Miller señala: "Hacerse pegar se distingue de ser pegado, significa que la verdadera actividad es la mía y que yo instrumento el pegar del Otro, lo que constituye la posición masoquista fundamental"[1]. Esto resulta evidente en la descripción de Duras, Ella se dirige a Él, "llena de gozo, pletórica de gozo". Lo mismo cuando se hace golpear. Miller nos lo señala con claridad: "Hablar del goce del cuerpo del Otro parece una metáfora respecto de lo que es real, a saber, el goce del cuerpo del Uno"[2].

En el libro de Duras lo que pudiera ser el fantasma de ser golpeada no queda en la fantasía de esta mujer ni en un juego erótico sin repercusiones, se realiza hasta el extremo de alcanzar la muerte. Es ahí donde nos encontramos con un ilimitado, que nos puede hablar de la dimensión estragante del amor en esta mujer, frente al que sólo la muerte sitúa un límite.

Del lado de Él podemos acotar: aparece la dimensión de rebajar al objeto para acceder a él sexualmente, aspecto que nos remite a lo señalado por Freud sobre la generalización de rebajamiento en la vida amorosa. Por otra parte, frente a lo ilimitado del empuje erótico, él le dice que quiere dejar de amarla y que un día la matará. Fórmulas de límite frente al goce que lo desborda. Esto hace pensar en que ya estamos fuera del goce fálico contabilizable y limitado, también del lado de él.

Lo que nos dice el psiconálisis hoy sobre las violencias, y nos lo muestra Duras en su libro, es que una violencia, así en singular -cabe subrayar- puede estar atravesada por una volundad de goce, que frente a la ausencia del límite del Ideal o de la regulación simbólica, conduce a un ilimitado, al estrago y por qué no, a la muerte en una relación que se inició en el amor.

NOTAS

  1. Miller, J-A. (2005). El Otro que no existe y los comités de ética. Editorial Paidós, 2010. P. 384.
  2. Op. Cit, P. 381.
NEL - Nueva Escuela Lacaniana