21 AL 23 DE OCTUBRE DE 2016
IX JORNADAS DE LA NEL
Las Conversaciones

Globalización y violencias
Silvana Di Rienzo

No podemos pensar una clínica del sujeto por fuera de los tiempos que nos tocan transitar. En épocas de Freud el sujeto histérico fue quien mostró la posibilidad de cuestionar el funcionamiento del discurso del amo, escenario del surgimiento del psicoanálisis que desde entonces se ocupa de aquello que no marcha, que no anda, en tanto reverso del discurso del amo. El amo del mundo contemporáneo es otro que el de la época freudiana, Lacan al plantear los discursos como formas de lazo social y al introducir el goce en la ecuación, nos da herramientas para pensar la clínica en combinación con las modificaciones históricas del discurso, ya que éstas se articulan con la subjetividad, entrelazando las posiciones del sujeto frente al discurso, las modificaciones en el régimen de goce y las formas de vivir la pulsión. ¿Cómo pensar entonces las implicancias en los sujetos del discurso que rige nuestros tiempos?, ¿podemos pensar las violencias como un cuestionamiento, en las coordenadas contemporáneas, al discurso del amo reinante?

Si hay un rasgo que define nuestra época es el de la globalización, significante atravesado por múltiples significados que alude a muy variadas cuestiones. Nuestra civilización lejos está de contar con el Padre en su función de ordenador, el orden simbólico ha perdido su poder organizador de antaño y si el superyó freudiano era una instancia de censura alimentada por el ideal, el superyó lacaniano empuja al goce, con el objeto por sobre el ideal. Un nuevo amo comanda el discurso, "…la civilización en singular, el hegemón (de hegemonía) científico y capitalista, cuya influencia totalitaria hoy se volvió patente, y que llamamos aquí, en nuestra comarca, globalización"[1]. Aunque no se escatimen esfuerzos en el intento unificador, en la voluntad de normalizar el goce, el imperio de la cifra en su afán de anular la diferencia "arrastra, atraviesa, agrieta y quizás incluso ya fusiona las civilizaciones"[2], en plural. Ya Lacan había lanzado la advertencia en Televisión profetizando el ascenso del racismo y la segregación, "en el extravío de nuestro goce, solo el Otro lo sitúa pero es en la medida en que estamos separados de él. De ahí unos fantasmas, inéditos, cuando no nos mezclábamos". Si la mezcla y el choque de los goces múltiples en el afán globalizador fragmenta el lazo social, ¿cuál será la especificidad de las violencias que emergen de este empuje a la "aldea global"?. Interesante pensar también cómo leer en este contexto la irrupción de discursos que promueven movimientos que parecerían ir en contra de pretendida "hermandad global", el Reino Unido abandonando la Unión Europea, el candidato a presidente de Estados Unidos prometiendo muros en la frontera, por ejemplo.

J.-A. Miller utiliza para referirse a este malestar de nuestra civilización la expresión "vértigo global"[3], cuyos efectos en la subjetividad nos encontramos en la práctica. El significante "vértigo" en el discurso cotidiano se asocia con algo que afecta a nivel del cuerpo, podríamos agregar del cuerpo que goza. Según la RAE el término proviene del latín vertīgo, -ĭnis "movimiento circular", y una de sus definiciones es "apresuramiento anormal de la actividad de una persona o colectividad", ¿movimiento circular de la repetición que condena al sujeto a la caza de un plus de goce?.

Respecto a la violencia no podemos decir que sea característica del mundo moderno, ha estado y estará siempre en tanto inherente a lo humano, la pregunta más bien sería ¿Son nuevas las formas de presentación de la violencia que se articulan con el "vértigo global", es posible en estas formas de presentación encontrar su marca?. Hablamos de violencias, en plural, significantes que se han naturalizado y circulan en los mas diversos discursos y también en forma de imágenes en la red. Globalizada y a la vez clasificada, violencia de género, violencia racial, violencia doméstica, violencia escolar, incluso han surgido nuevos términos para intentar nombrarla, bullying, por citar uno. Irrupciones por fuera del discurso como formas sintomáticas de nuestros tiempos, pulsión de muerte que acorde a la época se presenta sin velo, sin máscara, desregulada y exhibida globalmente a través de los recursos tecnológicos disponibles.

Quedan estos interrogantes para continuar explorando el vínculo entre la forma de presentación de las violencias contemporáneas y el discurso del amo que se erige en nuestros tiempos, ya que no podemos pensar la clínica sin tener en perspectiva las particulares coordenadas de la época.

NOTAS

  1. Miller. J.-A. El Otro que no existe y sus comités de ética. Paidós. Argentina. 2005. Pág. 13.
  2. Ibid.
  3. Ibid, pág. 14.
NEL - Nueva Escuela Lacaniana