Reflexiones sobre Segregación y Racismo
Leonardo Prado y Ximena Rojas (Asociados, NEL-La Paz)

Ya no es una novedad que el intento por uniformar los goces a la medida del progreso de la ciencia produce el ascenso de expresiones racistas y segregativas de manera exacerbada, develando la antigua presencia de la pulsión de muerte. Es decir no puede pasarse por alto que el discurso progresista de la ciencia tiene cierta responsabilidad en la escalada de la segregación y muchos otros fenómenos de nuestros tiempos.

Para tal efecto es preciso ahondar estos planteamientos pues no son suficientes para explicar el fenómeno del racismo y la segregación contemporáneos.

Ya Freud señalaba tempranamente en su texto de 1915 titulado: "Consideraciones de actualidad sobre la guerra y muerte", las consecuencias de las renuncias pulsionales, la desilusión de la organización civilizada y el contraste que existe con los ideales que la fundan además nos advierte de la imposibilidad del desarraigo de los empujes pulsionales. Es decir devela el impasse de la racionalización de la pasiones y la presencia de una satisfacción latente que es necesario prohibirse.

Asimismo en 1932, Freud complementa en la correspondencia con Einstein, algunas ideas sobre la violencia: una la guerra como la búsqueda de la aniquilación del otro y en contraposición propone la idea del respeto a la vida del enemigo a condición de mantenerlo atemorizado, mostrando un cambio de posición donde se obtiene una ganancia del sometimiento del otro. Pasando así de la violencia de una sujeto aislado a un grupo que se impone pero que de igual forma recurre a los mismos medios persiguiendo los mismo fines de sometimiento y segregación.

Con esta lectura Freud logra explicar los acontecimientos violentos de su época y constituye sin haber presenciado los horrores de las guerras posteriores que revelaron nuevas formas de ejercer violencia contra lo diferente, una vía de elucidación frente a las manifestaciones actuales de la segregación, el racismo y la violencia, estas se suscitan bajo un paradigma ya conocido.

Ahora observamos que a diferencia de otros discursos que intentan inútilmente erradicar las diferentes manifestaciones actuales de la pulsión de muerte o paradójicamente promoverla con acciones "antirracistas" y globalizadas, el psicoanálisis parte del principio de no desconocer ese empuje hacia el odio y la destrucción y nos orienta hacia una constante interrogación sobre los nuevos rostros de esa presencia voraz que incesantemente insiste.

Hoy en día es necesario situar la segregación y el racismo a partir del goce. Eso Real que aparece en el Otro, esa consistencia que Miller señala va más allá de la agresividad y se sostiene en la cercanía. Cuando el Otro se acerca demasiado y la intolerancia al goce del Otro se asume como una sustracción al propio, se pone en juego la extimidad develando algo del odio al propio goce.

Entonces claramente desde la orientación Lacaniana no se trata de eliminar, aniquilar, amurallar o expulsar lo diferente, puesto que el sujeto mismo evidencia su extranjería al constituirse en el Otro procurándose de manera constante un lugar de retorno a la propia extimidad.