21 AL 23 DE OCTUBRE DE 2016
IX JORNADAS DE LA NEL
Jornada Clínica

Ante la crisis ¿qué lazo?
por Diana Ortiz

"Hay crisis en el sentido psicoanalítico cuando el discurso, las palabras, las cifras, los ritos, la rutina, todo el aparato simbólico, se revelan de repente impotentes para atemperar un real que de hecho no está más que en su cabeza. Una crisis es lo real desencadenado e imposible de dominar. El equivalente en la civilización, de estos huracanes con los cuales la naturaleza viene periódicamente a recordar a la especie humana su precariedad, su debilidad fundamental"
Jacques Alain-Miller. Entrevista publicada en 2008 por la revista Marianne

Una respuesta posible del parlêtre ante la irrupción de un real que lo deja en la impotencia ante lo imposible de soportar, es dirigirse a un analista, es decir pasar lo privado que mortifica por un lazo con Otro, pero no cualquier lazo ni cualquier Otro, el lazo que ofrece el psicoanálisis. ¿Cómo la emergencia de lo más íntimo, de lo que mortifica, de eso que hace sufrir se juega en esa pareja analista-analizante? Como Velásquez en su pintura "Las meninas", el analista ocupará un lugar en el cuadro del relato de su vida que hace el analizante. (Lacan Seminario 13)

La experiencia analítica provee al parlêtre, una forma de lazo fundada en la creencia en el amor, que le permite desplegar sus referentes en dos tiempos: en un primer momento, el analista en tanto presencia hará de ese lugar un nudo tejido por las relaciones que forman parte de su vida. En un segundo anudamiento, siempre en la transferencia, el analista como nudo objetal ocupará el lugar en el que, a través del fantasma, ha obtenido una satisfacción. Tal como indica Lacan en el seminario 11, la transferencia es la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente.")

Cabe entonces la pregunta de si, justamente, en la versatilidad de las maniobras de su acto, el analista, sirviéndose de ese lazo singular, interpreta desde el lugar donde no se le espera, desanudando fijezas, causando incertidumbre, crisis, quizás huracanes. ¿Qué sostiene el discurso analítico para mantener este lazo hasta el final? Tomaré una fórmula de Nieves Soria que propone de una manera precisa la respuesta:

El discurso analítico como lazo, a la vez que algo se desarma, hay algo que se está construyendo en otro lugar (…) el analista se autoriza a desarmar, a deconstruir, a destejer, porque él mismo con su presencia, está sosteniendo un lazo en otro lado, entonces la estructura no queda totalmente desarmada. Entre lo que se teje en la transferencia y lo que se desteje en la interpretación encontramos una relación dialéctica.

En tal sentido, en la travesía de un análisis, si la creencia en el amor hace que haya lazo y se develen los trozos de real y las experiencias de goce que marcaron al cuerpo hablante, ¿qué sucede con el amor? Pues que por esa vía del amor de transferencia, y del soporte que el analista con su presencia presta a esta experiencia singular de construcción/deconstrucción, el discurso analítico introduce algo nuevo en el amor, un nuevo amor. (Lacan, Televisón)

A una razón
Un golpe de tu dedo en el tambor descarga todos los sonidos e inicia la nueva armonía. Un paso tuyo. Y el alzamiento de los hombres nuevos y su caminar

Tu cabeza se vuelve: ¡el nuevo amor!
Tu cabeza gira, ¡el nuevo amor!
'Cambia nuestra suerte, criba las plagas, empezando por el tiempo',
te cantan esos niños.
'Eleva no importa cuánto la sustancia de nuestras fortunas y nuestros anhelos',
te ruegan.
Llegada desde siempre, tú que irás por todas partes".

Arthur Rimbaud, Iluminaciones

NEL - Nueva Escuela Lacaniana