21 AL 23 DE OCTUBRE DE 2016
IX JORNADAS DE LA NEL
Jornada Clínica

Del amor a lo imposible
por Cartel Eje 5 [1]

"Llamamos pasión a una articulación del inconsciente con lo real del goce."
Eric Laurent, Los objetos de la pasión.

La distinción establecida entre pasiones del ser como propias de la alienación y por tanto de la entrada en análisis, y pasiones del alma o del a como las correspondientes a la separación del Otro, es algo a repensar en el momento en que asistimos al giro dado por Lacan en los últimos años de su enseñanza, cuando recurre a la categoría del parlêtre para dar vida al sujeto y centrar su atención en la relación que cada uno tiene con su cuerpo, con las marcas que, a-pasionadamente, inscribe lalengua en todo aquel que habla. En ese sentido, tanto a la entrada como a la salida, el hueso del asunto es el efecto producido por lalengua en el parletre, la pasión en estrecha relación con el objeto.

Una clínica de las pasiones implica un recorrido que va de la pasión – como padecimiento de una articulación que se presenta como trama, destino, sentido-gozado- a un nuevo arreglo con la pulsión, entendida como satisfacción puesta al servicio de las marcas más singulares que produjo el encuentro de cada viviente con el Otro del lenguaje, con el enigma del deseo que le dio existencia, y con la vida. Por tanto, es una clínica del goce que itera y afecta el cuerpo, que se sirve de la pasión como lo que articula el inconsciente transferencial y el goce.

Entradas
No se entra en análisis por pasar la puerta del consultorio de un analista, la entrada en la experiencia implica pasar otro tipo de umbral, el de las Entrevistas Preliminares. En el tiempo de esas entrevistas, donde "la cuestión preliminar es que el psicoanálisis funciona a partir de la transferencia"[2], se verifica la pasión por justificar la falta en ser. La rectificación subjetiva implica abandonar esa pasión, hacerse responsable de la propia vida y sus avatares.

La transferencia vincula amor y saber, esa es la razón epistémica de la pasión que sostiene la relación con el analista y que se apoya en el Sujeto supuesto Saber. Así, el amor y el odio constituyen extremos entre los cuales bascula la transferencia, llamada por Laurent "nudo pasional"[3], escenario privilegiado para el despliegue de las pasiones.

¿Cómo entra el analista en ese nudo del amor transferencial?

Encontramos una orientación al respecto en el Seminario 15:"…una vez que entre en el análisis, que busque en el caso, en la historia del sujeto, de la misma forma que Velázquez está en el cuadro de las Meninas, dónde estaba él, el analista, en tal momento y tal punto de la historia del sujeto…"[4]

Si bien el analizante transfiere a su analista ese valioso objeto de su pasión alrededor del cual la pulsión hace su recorrido; más allá de la instalación del SsS la vertiente libidinal/pulsional de la transferencia -eso que "se desliza…se pega al analista, lo inviste de libido, se transforma en amor, en odio, en todo caso, en aquello para lo que el analista como lugar de Sujeto supuesto Saber es insuficiente: la libido entra en juego en la relación transferencial"[5] -sostiene la partida.

Salidas
¿Qué ocurre con las pasiones cuando se ha producido la destitución de Sujeto supuesto Saber y la separación del Otro? "¿Cómo se transforma el amor una vez que su condición es conocida?.. ... el hecho de saber la condición de amor, destruye la posibilidad del amor...?"[6] Habrá que volver entonces sobre el amor, el odio y la ignorancia, para resituarlos bajo los efectos de la experiencia analítica, a la salida.

Los testimonios de los AE enseñan que la pasión de la ignorancia puede mutar hacia un saber sobre la propia singularidad, un saber que si bien no es universal, es pasable, transmisible y contribuye a que el psicoanálisis avance. En esta clínica, la salida no está del lado de la sabiduría sino del consentimiento a lo in-interpretable, a lo irrepresentable, a la inconsistencia y la incompletud.

No se trata de pretender que el análisis reduzca la pasión a cero, el analista no es un desapasionado, es más bien alguien que le ha dado la cara a su propia pasión, alguien que ha hecho el pasaje de lo necesario del sufrimiento a lo posible de una nueva satisfacción. Dicho pasaje implica reconocer y acoger ese Otro goce, al que Lacan se aproximó vía la pasión de los místicos.

Recorridos
Nuestro eje clínico nos lleva a considerar diferentes destinos de la experiencia; bien se trate de impasses, recorridos posibles, u otro tipo de salidas que no constituyen un final de análisis per se: cuando se abandona la experiencia, se interrumpe, se genera una transferencia negativa[7], o se resuelve algo satisfactoriamente.

En lo que corresponde propiamente al final del análisis, Lacan plantea el interés ético que concierne a la relación que cada uno establece con su goce. Su ética del bien-decir "consiste en cercar, en encerrar, en el saber, lo que no puede decirse". De la relación íntima con el saber y el goce derivan las pasiones que Lacan presenta en Televisión, donde sitúa la manía y la melancolía como extremos entre los cuales ubica una serie de pasiones: el gay savoir, la tristeza, la felicidad, la beatitud, el mal humor, por mencionar algunas. Así, "cuando el saber es triste, es impotente para poner el significante en resonancia con el goce"[8], como opuesto a la tristeza sitúa un saber alegre (gay savoir), que "admite que el goce no se reabsorbe en el saber, pero que tampoco le es exterior"[9]. Quizá la experiencia siga mostrándonos nuevas pasiones, inéditas, al margen de cualquier serie posible.

NOTAS

  1. Cartelizantes: Patricia Tagle, Diana Ortiz, Laura Arciniegas, Jaime Castro y Miguel Gutiérrez. Más Uno: Gloria González.
  2. Miller, J.A. Introducción al método psicoanalítico. Pg. 80. Paidós. Buenos Aires. 2010.
  3. Así se refiere Laurent a la transferencia en Los objetos de la pasión. Tres Haches.
  4. Lacan, J. Seminario 15. Lección del 27 de marzo del 68
  5. Brodsky, G. Endagme, final de partida. Pg. 21. Seminario Internacional NEL-Caracas. 2012
  6. Mille, J-A. Sobre fenómenos de amor y odio en Psicoanálisis Pg. 305 en: Introducción a la clínica lacaniana. Conferencias en España. ELP. 2007
  7. La transferencia negativa pone de manifiesto esa gran pasión freudiana, el amor-odio, que Lacan denomina con un neologismo odioenamoramiento, justamente para marcar que en el mismo movimiento en que se ama, se afirma algo (Bejahung), se produce un resto fundamental que es rechazado, Austossung .
  8. Miller, J.A. A propósito de los afectos en psicoanálisis, en Matemas II. Manantial. Pg. 162. Buenos Aires. 1990.
  9. Ibid. Pg.163
NEL - Nueva Escuela Lacaniana