21 AL 23 DE OCTUBRE DE 2016
IX JORNADAS DE LA NEL
Jornada Clínica

Las entradas en análisis desde la perspectiva de las pasiones
por Jaime Castro

Eric Laurent en su texto Los objetos de la pasión, establece la diferencia entre pasiones del ser y pasiones del alma. Las primeras están relacionadas con la falta-en-ser del sujeto lo que lo lleva a dirigirse al Otro en la búsqueda de algo del orden de la completud. Se ubican allí, entonces, tanto el amor como el odio y la ignorancia.

Por su parte, las segundas, o sea, las pasiones del alma, están relacionadas con el objeto a. Son las pasiones del parletre, nos dirá Laurent. Encontramos allí una gama que va de la manía a la melancolía. Desde esta perspectiva estas pasiones están más relacionadas con el cuerpo como sustancia gozante.

Esta diferenciación entre estos dos tipos de pasiones, lleva a pensar que las pasiones del ser son las que se juegan en las entradas en análisis y las del objeto a, las que se realizan en las salidas. Si bien esto parece sensato, dividir las aguas de esta manera, puede resultar problemático, especialmente si de allí se deriva que tendríamos que reservar la categoría de sujeto para las entradas en análisis y la de parletre para las salidas, lo cual generaría una esquematización de la teoría que no parece corresponder con la clínica.

Para problematizar el asunto tendríamos que preguntarnos por el uso en la clínica de la categoría de parletre desde la entrada en análisis y en esta vía, interrogar igualmente por las pasiones del objeto a en ese tiempo de la experiencia. Formulemos el asunto en forma de preguntas:

¿Aquel que acude al analista lo recibimos como sujeto ó como parletre? ¿qué implicaciones tiene esto? ¿Son excluyentes estas dos categorías en la experiencia? ¿Hablar de parletre implica eliminar la categoría de sujeto?

Estos interrogantes tienen su valor hoy en día en la medida que convivimos con un cierto desorden a nivel de lo simbólico que incide en la manera como se posicionan quienes acuden al analista frente a su palabra y frente a la posible creencia en su inconsciente. Hoy se presentan sujetos mucho más centrados en sus formas de goce autísticas, con mayor desconfianza en el inconsciente, situación que exige del analista maniobrar para intentar que ese cierre del inconsciente ceda lo suficiente como para introducir cierto grado de interrogación al Otro que permita iniciar un recorrido analítico.

Ahora bien, si nos vamos al otro extremo, tampoco se puede afirmar como un absoluto que los sujetos de hoy en día están encerrados en su goce autístico con una total increencia en su palabra, pues lo que se observa también es que hay cierto fracaso que se introduce en el circuito pulsional del sujeto, lo cual lo lleva a dirigirse al analista… aún.

En ese sentido, cuando Miller señala que analizar al parletre es lo que ya hacemos y que ahora se trata es de demostrarlo, es necesario entender esto como una invitación, y también como una orientación que se puede tomar desde el principio de la experiencia analítica.

Escuchando al sujeto que surge de la articulación de un significante con otro, escuchamos, hoy, al mismo tiempo y de manera privilegiada, al parletre que goza, y del cual podemos saber a partir de las resonancias de sus dichos en su cuerpo.

Es haciendo resonar lo que vibra en el cuerpo del ser hablante que podemos generar, como una posibilidad, la apertura del inconsciente como saber articulado y también, poco a poco, el trabajo de recorte del goce pulsional.

NEL - Nueva Escuela Lacaniana