21 AL 23 DE OCTUBRE DE 2016
IX JORNADAS DE LA NEL
Rincón bibliográfico

El bibliocomentario de Flory Kruger

"Así el afecto viene a un cuerpo, lo propio del cual sería habitar el lenguaje -aquí me arrendajo con unas plumas que se venden mejor que las mías-, el afecto, digo, por no poder encontrar alojamiento, o por lo menos no a su gusto. Se llama a eso morosidad, o mal humor también. Es un pecado, eso, un grano de locura, o un verdadero toque de real?"

Lacan, J., Otros Escritos, "Televisión", Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 551

 

El Servicio de Investigaciones de la Radio y Televisión Francesa quería hacer una emisión televisiva sobre J. Lacan. Se trata de una entrevista realizada en el año 1973, por lo tanto pertenece a su última enseñanza.

Lacan, en este texto, le responde a quienes lo acusaban de desarrollar una enseñanza que dejaba de lado a los afectos. Es sobre este fondo que nos presenta una lista de afectos que aquí llama: las pasiones del alma. Será en este contexto que aparece esta frase.

Lo que expresa Lacan en esta frase es que el cuerpo habita el lenguaje y que el afecto llega a este cuerpo, se manifiesta en este cuerpo, pero al no poder encontrar un alojamiento a su gusto, provoca el malhumor. El malhumor es una pasión particular, frente a la cual se interroga si no se trata de un verdadero toque de real.

Eric Laurent se pregunta, ¿qué quiere decir un toque de lo real?[1] "Quiere decir, poder sentir que no es esto, que no se trata de esto" y lo refiere al objeto a como objeto de goce, que siempre es un resto y nunca la Cosa misma.

¿Podríamos preguntarnos si es por eso que Lacan habla de desalojamiento, de malhumor?

Si el afecto nunca encuentra su lugar cómodo en un cuerpo que habita el lenguaje, es precisamente porque tiene que ver con lo real, con aquello que no anda, que no encaja, con lo no simbolizable.

Doy un ejemplo, frente a un conflicto o un desengaño se suele decir: "me quedó un sabor amargo", expresión que da cuenta de lo no asimilable.

El malhumor, al quedar en referencia a lo real, sería una perturbac1ión del humor que depende entonces, de un dato de estructura, por lo tanto, no habría que referirlo a una respuesta provocada por el temperamento particular de cada sujeto.

Pensado desde esta perspectiva, el malhumor sería ineliminable y es así como interpreta Laurent lo que Lacan presenta en este texto, como el afecto psicoanalítico original y esencial.

NOTAS

  1. Laurent, E., Los objetos de la pasión, Buenos Aires, Tres haches, 2002, p. 78.
NEL - Nueva Escuela Lacaniana