21 AL 23 DE OCTUBRE DE 2016
IX JORNADAS DE LA NEL
Entrevistas

Entrevista a Serge Cottet
por Sofía Guaraguara
Traducción: Mari Paz Rodríguez Diéguez. Psicoanalista (Paris)

Sofía Guaraguara: ¿Qué nos dice Freud sobre la violencia y las pasiones?

Serge Cottet: Violencia y pasión es un tema literario y cinematográfico que se distancia mucho del real al que el psicoanálisis se refiere. De hecho Freud se opuso al título propuesto para la Sociedad de las Naciones: Violencia y derecho, lo que suscitó su correspondencia con Einstein. Impuso el título ¿Por qué la guerra?

Así que si debemos hablar de la violencia, debemos hablar de la guerra y de la pulsión de destrucción, aplicación social de la pulsión de muerte.

Ahora bien, si ponemos la pulsión en juego, más allá de todas las motivaciones sociales y políticas, es para introducir la problemática del goce; en cuanto a la pasión que alimenta la guerra debemos llamarla por su nombre: el odio; racismo, odio entre los pueblos, narcisismo de las pequeñas diferencias culturales… etc.

Freud no andaba muy lejos del estadio del espejo.

S.G.: Y Lacan, ¿qué nos dice del tema de la violencia y las pasiones?

S.C.: En la enseñanza de Lacan tampoco debemos sostener "la violencia" como concepto; es la agresividad la que se sustituye (leer el articulo de 1948, "La agresividad en psicoanálisis").

Lacan desarrolla las consecuencias del estadio del espejo y de la falla narcisista. La agresividad apunta al alter ego, a la relación de alienación con el semejante. Y es en la pasión narcisista donde se aloja.

Es sobre todo con la clínica de la psicosis paranoica que este tema se desarrolló en los años 30-50. No obstante, es en los años 70, comentando la excelente película de Benoit Jacquot, El músico asesino, que Lacan subrayará una vez más que el héroe "se asesina a sí mismo".

En definitiva, tratándose de la pasión en juego en la guerra, Lacan considera que la resolución del combate depende del goce de los combatientes. Y sobre el tema de las pasiones en general, Lacan dirá que no hay amor sin odio, lo cual consagra el dualismo de la pasión y la violencia.

S.G.: ¿Qué ocurre con las violencias y las pasiones al final del análisis?

S.C: Podemos constatar que el psicoanálisis conlleva una cierta deflación de las pasiones, concretamente en el amor, en la medida en que reduce al ideal en beneficio del objeto a. Es el "resultado cínico" del final del análisis. De la misma forma esto afecta al narcisismo de la persona; en el sentido de que amar es querer ser amado. Quizás esta exigencia se reduce en el mejor de los casos.

No diremos lo mismo sobre el odio, ese real que se nos desvela en el análisis y que resiste a su disolución por medio del lenguaje.

S.G.: ¿Qué podría usted decirnos sobre este tema en la actualidad?

S.C.: Esta pregunta hace referencia al terrorismo; con un nivel de sadismo, de odio, y de barbarie raramente alcanzado; habría que tomar el hilo del nihilismo de finales del siglo XIX.

Concretamente en Rusia, como lo ilustran las novelas de Dostoievski; su relación con el misticismo, ya en aquella época, indicaba la proximidad entre el fanatismo y lo que Lacan llama en alguna parte la "creencia en nada".

Nietzsche comenta por su parte el eslogan "Viva la muerte", que no es nuevo. Estos ideales de la nada parecen estar en el corazón de las motivaciones de los terroristas islámicos. Un núcleo fuerte de la religión permite esto. Queda por descubrir por qué se manifiesta con tal violencia en nuestros días.

S.G.: Muchas gracias.

Traducción realizada por Mari Paz Rodríguez Diéguez

NEL - Nueva Escuela Lacaniana